Con los dos sindicatos más grandes de la nación
el sindicato matriz del DC 37, la AFSCME, y el Sindicato Internacional
de Empleados de Servicios aprobando resoluciones antibélicas
en sus convenciones celebradas en junio, la oposición del movimiento
laboral a la guerra en Irak aumenta rápidamente.
El DC 37 se opuso a la guerra desde el principio, y el 11 de agosto,
la Junta Ejecutiva respaldó la manifestación del 29 de
agosto contra la guerra y contra la agenda de Bush, encabezada por la
coalición United for Peace and Justice (Unidos por la Paz y la
Justicia).
La resolución de la Federación Americana de Empleados
Estatales, de Condados y Municipales acusó a Bush de haberles
mentido a los estadounidenses y al mundo sobre las armas de destrucción
masiva y sobre por qué invadimos Irak. Dijo que la guerra está
usando los fondos para la batalla contra el terrorismo y contra programas
vitales en los EE.UU., y exigió que el presidente traiga
ahora mismo a las tropas a casa.
El SEIU condenó la guerra y convocó a que EE.UU. ponga
fin a la ocupación de Irak, traiga a nuestras tropas a salvo
a casa, brinde prestaciones adecuadas a los veteranos y promueva políticas
dom-ésticas que les den prioridad a las necesidades del pueblo
trabajador.
En su convención de julio, la Federación Laboral de California
llamó a poner fin a la ocupación de EE.UU. en Irak. La
Federación de California es la más grande de la AFL-CIO,
con más de dos millones de miembros.
Alfredo Alvarado