Por ALFREDO ALVARADO
Los sindicatos y las agrupaciones por los derechos de
los inmigrantes recientemente lanzaron una campaña que planean
edificar como un movimiento masivo nacional para luchar por una muy
necesaria reforma migratoria.
El 20 de sept., la campaña organizativa llamada Caravana por
la Libertad de los Trabajadores Inmigrantes empezó a recorrer
todo el país para reunir apoyo. Más de 900 inmigrantes
y simpatizantes viajaron en autobuses desde Los Ángeles, Seattle
y otras ocho ciudades hasta Washington y Nueva York. En el camino visitaron
más de 100 pueblos y ciudades, donde se reunieron con funcionarios
electos, clérigos y sindicalistas. En Iowa, el gobernador les
dio la bienvenida a los caravaneros, y en Nebraska se reunieron con
el alcalde de Omaha.
Marchan al capitolio
En Washington D.C., celebraron más de 120 reuniones en el Capitolio
con los legisladores, para presionar por cambios en las políticas
migratorias, con el fin de permitir la reunificación de los trabajadores
inmigrantes con sus familias y para presionar por que haya una vía
para la obtención de la ciudadanía. Inspiradas en el movimiento
de las Caravanas por la Libertad y los derechos civiles de principios
de los 60, las caravanas de activistas continuaron rumbo a la Ciudad
de Nueva York para una manifestación de clausura realizada el
4 de oct. en el parque Flushing Meadows.
Según los organizadores, 100 000 personas incluyendo un
considerable contingente del DC 37 convergieron en el parque de
Queens, que es el condado con la mayor diversidad étnica en el
país. Fueron bienvenidos por el congresista federal John Lewis,
quien participó en las caravanas originales; por John J. Sweeney,
presidente de la AFL-CIO y principal organizador de la mani-festación;
por Roger Toussaint, immi-grante de Trinidad que es presidente del Sindicato
de Trabajadores del Transporte; por William Lucy, secretario tesorero
internacional de la AFSCME el sindicato matriz del DC 37,
y por Lillian Roberts, la directora ejecutiva del DC 37.
Problemas serios
La lucha de los trabajadores inmigrantes es nuestra lucha,
dijo el presidente de la AFL-CIO., cuyo padre es un inmigrante irlandés.
Creemos, tal como creyó el Dr. Martin Luther King Jr.,
que la injusticia en cualquier parte es una amenaza para la justicia
en todas partes.
Dirigiéndose a los caravaneros libertarios, el Sr. Lucy dijo:
Ustedes han reencendido la flama de la libertad para todo inmigrante
que trabaja duramente en esta nación. Hyacinth Spence,
del DC 37, especialista en Derechos Humanos y miembro de la Sección
Local 154 Conjunta de Empleados Profesionistas, pasó varios meses
organizando la marcha con miembros del sindicato y grupos comunitarios.
Hoy nos unimos para empezar la jornada por mejores condiciones,
dijo.
Los problemas que enfrentan nuestros inmigrantes son serios,
dijo Lillian Roberts el 24 de sept. en un foro sobre derechos de los
inmigrantes. Enfrentan una falta de protección en el centro
de trabajo, el tener negados los derechos civiles y las libertades civiles
elementales, y la deportación.
En Wisconsin, una caravana de activistas le hizo una visita sorpresa
al congresista James Rensenbrenner. Como presidente del Comité
Judicial de la Cámara de Representantes, el año pasado
él bloqueó una iniciativa de ley por los derechos de los
inmigrantes, al negarse a dar un voto. La Ley de Ajuste Estudiantil
ayudaría a cerca de 50,000 graduados de secundaria a enfrentar
los obstáculos para ir a la universidad o para obtener permisos
de trabajo debido a que cuando eran niños pequeños fueron
traídos a los EE.UU. sin documentación legal. Los caravaneros
también buscan ampliar los derechos de los inmigrantes con visas
adicionales para reunificar a las familias, un programa de amnistía
para los inmigrantes ilegales, tal como el que se promulgó en
1986, y total protección contra la explotación bajo las
leyes laborales de EE.UU., la cual garantice salarios mínimos,
protecciones de salud y seguridad, y el derecho a organizarse sindicalmente.
Cierren el INS y abran la frontera, coreaba un contingente
en el parque el 4 de oct., en referencia al odiado Servicio de Inmigración
y Naturalización, mientras marchaban frente a los puestos de
tortillas y pollo guisado.
Ningún ser humano es ilegal, decía el letrero
de otro activista. No es cerrando nuestras fronteras, sino abriendo
nuestros corazones, como nosotros crecemos, dijo el Sr. Sweeney.