Por
GREGORY N. HEIRES
Más de mil activistas laborales se reunieron
en el corazón del distrito financiero de la ciudad de Nueva York este 25
de septiembre para protestar contra el plan de rescate financiero de $700 billones
de la administración Bush para los ricachones de Wall Street.
Los
manifestantes de Nueva York exigieron que el plan financiero incluya ayuda a los
propietarios de casas que enfrentan cierres de hipotecas; que difunda más
ampliamente el panorama de las firmas financieras y que frene el excesivo pago
ejecutivo a las firmas que reciben ayuda del gobierno.
Los miembros de
las bases sindicales se sumaron a los líderes nacionales, estatales y locales
en Broad Street y Exchange Place, cerca de la Casa de Bolsa, en la manifestación
organizada por el Consejo Central del Trabajo de la Ciudad de Nueva York (el CLC,
en inglés).
Estamos aquí para decirle al Congreso
que este rescate financiero no debe convertirse en una limosna precisamente para
quienes, para empezar, nos metieron en este lío, dijo la directora
ejecutiva Lillian Roberts, quien encabezó a un contingente de integrantes
de DC 37.
Sus comentarios reflejaron la indignación extendida entre
la opinión pública, ya que los políticos de Washington parecieron
listos a darle un cheque en blanco justamente a la gente que presionó por
la desregulación y que obtuvo ganancias de ésta, así como
de otras políticas de libre comercio de las últimas décadas
que han conducido a la crisis actual de vivienda, al aplastamiento del crédito
y a la devaluación del dólar.
Mensaje
a Washington
El movimiento laboral está aquí
para mandar un mensaje al Congreso, expresó el director ejecutivo
del CLC, Ed Ott. Esperamos que defiendan a las familias asalariadas de los
Estados Unidos. El CLC hizo en un breve plazo la convocatoria para la protesta
cuando el gobierno puso una pesada presión sobre el Congreso para que aprobara
la legislación rápidamente, alegando que se necesitaba una inyección
masiva de capital para desviar lo que el presidente Bush describió como
pánico y un grave declive económico.
El
rescate financiero no funcionará si no proporciona un impulso para la verdadera
economía que genera fortuna, dijo el presidente de la AFL-CIO, John
Sweeney.
Sweeney y otros oradores expresaron su enojo de que el plan propuesto
por Bush brindaría fortuna para los ricos, pero que no iba
a ayudar a las familias asalariadas en peligro de perder sus casas y sus ahorros
de jubilación, a medida en que batallan ante el estancamiento de los sueldos,
el aumento de los gastos médicos y los costos disparados de la gasolina
y del combustible de calentamiento en las casas.
Los manifesantes cargaban
pancartas con leyendas como: Protejamos nuestras casas, Rechacen el recorte de
Bush a los impuestos, y Protejan a los trabajadores de EE.UU.
La marcha
terminó con los manifestantes coreando: ¡Obama, Obama, Obama!,
reflejando que sienten que el candidato presidencial republicano John McCain sería
otros cuatro años más el portero de las políticas de Bush
contra el trabajador, mientras que el candidato demócrata Barack Obama
traería el cambio que ayudaría a las familias asalariadas.