El comisionado de la Policía Raymond Kelly está enérgicamente
comprometido a preservar los empleos de sus policías uniformados,
incluso si ello implica sacarlos de proteger a la población
y colocarlos detrás de los escritorios a hacer trabajo como
oficinistas. Hasta ahora, no han podido cambiar su opinión
ni un importantísimo arbitraje ni las órdenes del tribunal
confirmando tal resolución.
Pero la poderosa lógica económica impulsada por el DC
37 y el Sindicato Local 1549 de Empleados Oficinistas Administrativos
le ha hecho una hendidura a la armadura de Kelly. Hace poco, el sindicato
local lanzó una valiente campaña de concientización
pública, con anuncios de radio difundidos en estaciones muy
escuchadas y con inserciones de prensa de plana completa llevando
a los hogares el mensaje sindical de que el costo de tener un
policía detrás de un escritorio y no en las calles es
casi criminal.
Estamos aplicando toda la presión que podemos para mantener
a los empleados oficinistas en sus trabajos y a los policías
uniformados en las patrullas, dijo el presidente del Sindicato
Local 1549, Eddie Rodríguez.
En junio, Kelly canceló los planes de despedir a 400 empleados
civiles del Departamento de Policía de Nueva York y quitó
a muchos oficiales uniformados de sus deberes de oficinistas reasignándolos
al patrullaje callejero en precintos de alta criminalidad.
En septiembre, el Departamento de Policía contrató a
cerca de 100 auxiliares administrativos nuevos provenientes de la
lista de servicio civil y los capacitó para que substituyeran
a los provisionales relevados, tal como lo requería la decisión
del tribunal de Long Beach.
Los anuncios sindicales explican que la asignación de policías
uniformados a los trabajos de escritorio para oficinistas miembros
del Sindicato Local 1549 desperdicia el dinero del presupuesto municipal
y deja las calles de la ciudad en condiciones menos seguras.
En mayo se reunieron Rodríguez, los miembros de la Junta Ejecutiva
y los auxiliares administrativos de la Policía con el senador
federal Charles Schumer en Washington, para explicarle la postura
del sindicato.
Reemplazar a un oficinista que gana $37,000 al año con
un policía que gana $73,000 no tiene ningún sentido,
dijo Rodríguez. El senador Schumer entiende el concepto
de servicio civil con mano de obra civil y encuentra que este derroche
es impactante, especialmente en una ciudad que enfrenta severos problemas
presupuestales.