Por LILLIAN ROBERTS,
Directora Ejecutiva de DC 37


El alcalde ha lanzado una "tormenta perfecta" de ataques a nuestro salario, a nuestros planes de seguros y a nuestras pensiones. Los empleados municipales "cuestan mucho", dice, así que tendrá que subcontratar por fuera nuestro trabajo. (Como si no estuviera él ya haciendo eso con tanto como $10 mil millones).

Su administración alega que los seguros médicos y las pensiones de nuestros miembros se comen la mitad del presupuesto municipal. Eso no es más que mentirosa palabrería, cuando en realidad, nuestros jubilados viven con ingresos fijos de menos de $18,000 al año, en promedio, y las pensiones y los incentivos usan cada uno sólo el 7.5% del presupuesto.

Para afuera los contratistas

Desde luego, esto suena mucho a la histeria acostumbrada que emana de la sede del gobierno municipal cada vez que su principal ocupante se da cuenta de que es hora de otorgar unos modestos aumentos a los empleados municipales. Pero en este momento, este discurso irresponsable es peligroso: alimenta el frenesí en contra del gobierno y del empleado público que cultivan los simpatizantes del Wall Street Journal y que "beben" los "partidarios del té" que quieren suprimir al máximo los servicios públicos de los que dependen la clase asalariada y los pobres de nuestra ciudad.

Yo creo que prevalecerán cabezas más sensatas -especialmente porque nuestra acción política es muy eficaz-, y estoy animada por los exitosos esfuerzos del contralor John Liu para poner fin a ese derroche de contratación externa en el lío de la nómina de pago para el sistema CityTime.

Nuestro gobierno ha creado cheques y saldos internos, pero su buen funcionamiento depende de a quién elijamos. Yo estoy orgullosa de que el DC 37 haya apoyado abiertamente todo el camino a un candidato valeroso y de pensamiento independiente, para el cargo como contralor: John Liu.

El contratista de CityTime les estaba pagando a 230 consultores un promedio de $400, 000 por pieza, pero después de 10 años, el proyecto estaba incompleto, endeudado, y sobrepasado del presupuesto en un 1000%. El alcalde calificó ese trabajo como "un desastre", pero aún así trató de entregarle al contratista otros $110 millones del dinero de los contribuyentes de impuestos este año.

Liu vio el desperdicio colosal que había en el pacto de CityTime, y puso la llamada de alerta sobre este despilfarro multimillonario.

Conforme al acuerdo de Liu con la administración, el gobierno municipal recortará a $32 millones el pago de este año; el contrato terminará el 30 de junio de 2011, y nuestros miembros substituirán a los consultores excesivamente caros y harán el trabajo de modo más eficiente.

Nuevamente estamos viendo el poder de la acción política mientras luchamos por salvar los empleos de los miembros del plan de la corporación Health and Hospitals (HHC) por recortar desenfrenadamente y privatizar. Para mí, la maquinación de la HHC de "no dar marcha atrás" es el final de la atención de calidad al paciente y de los hospitales públicos municipales.

Apoyo del Consejo Municipal

Presionamos duramente para que fueran elegidos candidatos fuertes y responsables en el Consejo Muncipal de la Ciudad: líderes a los que les importan más las necesidades de la gente que los intereses de los negocios favorecidos por el alcalde. Ahora, 38 de los 51 miembros del Consejo han firmado una carta de Julissa Ferreras y Mathieu Eugene tronando contra el plan de la HHC y estamos presionando para que haya audiencias sobre el asunto. Quiero agradecer a los concejales que mostraron la fortaleza para enfrentar al alcalde y resistir las fuerzas que desean destruir el compromiso del gobierno municipal por brindar atención médica independientemente de las posibilidades de pago de los pacientes.

La acción política marca una diferencia enorme en nuestra capacidad para proteger nuestro pago y nuestros empleos y para tener influencia en los presupuestos y la legislación. La única forma como podemos responder a las crecientes amenazas a los empleados municipales es movilizando nuestro poder popular.