Alguna vez se dice usted: No puedo hacer nada
bien, haga lo que haga, o Ya no quiero estar aquí?
Estos son frecuentemente los pensamientos de alguien que está
deprimido: alguien como Brenda, una madre soltera de 43 años
con tres hijos. Habiendo sido más positiva antes, ahora casi
no podía sostenerse. Muchas veces sintió que, si ella
desapareciera, sería una bendición.
Su hijo Malik, de 15 años, rara vez iba a la escuela. Esta
semana ella pasó en vela tres noches que él no llegó
a casa. Preocuparse de que su jefe la regañara por reportarse
enferma parecía ser el menor de sus problemas.
La madre de Brenda, de 81 años, estaba manifestando síntomas
de Alzheimer, además de complicaciones por su diabetes. La
idea de perderla era demasiado para ella, pero también era
abrumador atenderla.
Brenda rara vez notaba su fatiga y su pérdida de peso, o cómo
les gritaba a sus niños cada vez más por insignificancias.
Pero su amiga Janet sí lo notó. Janet no quería
ser entrometida, pero no podía soportar ver a Brenda fuera
de control. Así que después de sus acostumbrados chis-mes
de los sábados, le dijo: No te has visto últimamente.
A lo mejor te ayudaría hablar con un orientador. Por
el rostro de Brenda rodaron lágrimas y ella admitió
estar deprimida.
La depresión es un desorden de estado de ánimo que puede
ser ligero, moderado o severo. A veces se confunde con un asunto de
personalidad. Puede parecer muy natural, porque puede desarrollarse
lentamente o como una reacción a aconte-cimientos de la vida.
Causa dolor y su-frimiento: no sólo para el individuo sino
también para los familiares y amigos que pueden ser arrastrados
por el estado mental de la otra persona.
Señales y síntomas
¿Como sabe usted cuando los sentimientos van más allá
de los cambios de ánimo normales? La depresión frecuentemente
implica una tristeza persistente, baja autoestima y falta de respuesta
ante sucesos que, de otro modo, serían felices. Puede incluir
sensaciones de vacío, de desesperanza o indecisión.
Asimismo, los síntomas pueden incluir molestias físicas
o cambios de apetito, de patrones de sueño y de concentración.
Una persona deprimida puede descuidar la apariencia personal, retraerse
de los amigos, perder interés en actividades placenteras o
albergar ideas sobre el suicidio.
Para obtener ayuda
Si cualquiera de estas señales persiste dos semanas o más,
lo más importante es buscar ayuda antes de que ocurra una crisis.
Mande a la persona deprimida a ver a su doctor, a un profesional de
salud mental o al centro de salud mental de la comunidad. Los miembros
del DC 37 pueden llamar a la Unidad del Personal de Servicios al 212-815-1260,
o ir direc-tamente durante la semana, de 9 a.m. al medio día,
para una evaluación confidencial. Recuerde que la depresión
es una enfermedad curable que puede aliviarse con atención
profesional.