Por
LILLIAN ROBERTS
Directora Ejecutiva DC 37, AFSCME
Cuando una procesión
de dirigentes sindicales, activistas y políticos habló en septiembre
en memoria de los difuntos del 9/11. y a nombre de los muchos traba-jadores heridos,
enfermos, y que están muriendo por el valiente esfuerzo de rescate y recuperación,
la senadora federal Hillary Clinton estuvo de mi lado.
Le quitó
tiempo a su campaña presidencial para unirse a los trabajadores para hacer
luto por nuestros muertos y luchar por los vivos. Además ha cumplido la
promesa que hizo ese día de luchar por compensación y atención
médica para quienes están enfermos como resultado de su desinteresado
servicio, incluyendo a los equipos de DC 37 que primero respondieron y a los encargados
de limpieza. Ella hizo lo que necesitábamos al unirse a los congresistas
como los demócratas Jerrold Nadler y Carolyn Maloney y el republicano
Vito Fossella para introducir una nueva legislación federal para
atender a las víctimas vivas del 9/11. Ésa es la clase de persona
que es.
Basta con ver los últimos vetos del Presidente Bush para
recordar qué tanto necesitamos un cambio en Washington. De un solo plumazo,
Bush arrasó con los fondos para el Programa Estatal de Seguro Médico
Infantil que les habrían dado otros 10 millones a los niños estadounidenses.
Con otro veto, bloqueó un esfuerzo bipartidista por financiar la
educación, el desarrollo económico, la capacitación ocupacional
y la investigación científica, dándoles la espalda a los
servicios queson vitales para la fuerza trabajadora de Estados Unidos y para nuestra
clasemedia.
La diferencia es clara: Bush gasta billones de dólares
en la guerra interminable contra Irak, pero rechaza dar dinero para empleos, educación
y doctores para los niños. Al mismo tiempo, Hillary está del lado
del movimiento laboral por los héroes del 9/11.
Cualquiera de los
candidatos presidenciales demócratas para el 2008 sería un presidente
mejor que George W. Bush, y los tres que van al frente Hillary, Barack Obama
y John Edwards podrían todos ser grandes dirigentes nacionales.
Con
base en su posición respecto a los problemas, su fuerza en la campaña,
su firmeza frente a los inevitables ataques de la derecha, yo considero que Hillary
Clinton es la mejor candidata para nuestros miembros y para los Estados Unidos.
Estoy
orgullosa de decir que nuestro sindicato nacional, la Federación Americana
de Empleados Estatales, Municipales y de Condados, ha dado su respaldo de campaña
a Hillary como nuestra candidata para recuperar a la Casa Blanca para los trabajadores
de Estados Unidos. Nuestra Junta Ejecutiva el 14 de noviembre, y nuestro Consejo
de Delegados, el 27 de noviembre, han votado por apoyarla. Yo conozco a Hillary.
Es una luchadora como yo. Considero que será quien más luche por
nuestras familias asalariadas, y considero que tiene la capacidad de ganar.
Hillary
Clinton está con nosotros respecto a las cuestiones que nos son más
importantes: atención médica para todos, promoción de servicios
públicos y lucha contra la privatización; fortalecimiento de la
clase trabajadora al apoyar la organización sindical; protección
del Seguro Social; ayudar con colegiaturas universitarias y dar acceso económico
a la atención médica infantil; acabar con la guerra en Irak y ayudar
a nuestras tropas cuando regresen a casa.
Hillary es una inspiración
para nuestros miembros y goza de un apoyo tremendo en nuestro sindicato. Si usted
está listo para convertir ese apoyo en actividad, puede lograr una gran
diferencia ofreciendo trabajo voluntario para el equipo de acción política
de DC 37. Simplemente llame al 212-815-1550.