Por LILLIAN ROBERTS
Directora Ejecutiva
Desde que ustedes me eligieron el año pasado como su directora
ejecutiva, he subrayado que se pueden hacer enormes ahorros en el
presupuesto municipal sin suspender a nuestros miembros ni recortar
servicios esenciales. Para identificar en qué áreas
ahorrar, le pedí al personal sindical que emprendiera una serie
de estudios de contratación externa y privatización.
En el papel blanco Podemos hacer el trabajoque publicamos en
mayo pasadoel DC 37 identificó 600 millones de dólares
de ahorros potenciales que las autoridades de la ciudad podrían
lograr sobre todo traspasando servicios al control civil y reduciendo
la contratación externa.
En diciembre, presentamos a las autoridades de la ciudad la serie
de propuestas Podemos hacer el trabajo II: Aprender a disminuir, que
podrían ahorrarle tan sólo al Departamento de Educación
por lo menos 145 millones de dólares al año (ver págs.
11-14 de Public Employee Press).
Cuando estudiamos las prácticas de contratación del
gobierno municipal nos dimos cuenta de que, silenciosamente, alcalde
tras alcalde y director escolar tras director, cada vez más
empleos públicos y servicios habían pasado al sector
privado. Según la Oficina Independiente de Presupuesto de la
ciudad, de 1996 a 2001, el gasto por servicios contractuales creció
el doble de veces más rápido que el gasto general. Hoy,
un gobierno a la sombra, entre contratistas, consultores y funcionarios
designados, controla más de 6 billones de dólares del
presupuesto. Para hacer grandes ahorros, debemos disminuir el presupuesto
de este gobierno fantasma y restaurar el financiamiento para los funcionarios
electos (que son responsables ante quienes pagan impuestos, ante el
movimiento obrero organizado y ante el Ayuntamiento de la Ciudad),
así como para los empleados del servicio civil contratados
por el sistema de méritos.
Gobierno fantasma compite con servicio civil
En el Departamento de Educación, ese gobierno a la sombra se
come hasta 1.4 billones de dólares cada año. Los ahorros
que hemos identificado se pueden lograr pronto al eliminar y reducir
la contratación de consultores con demasiado pago, de contratistas
excesivamente cotizados y de vendedores que cobran demasiado.
El gobierno a la sombra contrata una fuerza de trabajo paralela de
más de 100 mil empleados. Ellos nunca han tomado exámenes
de servicio civil ni se les han revisado sus expedientes. Nadie hace
que la fuerza paralela de trabajo viva en la ciudad y pague los impuestos
municipales, como sí lo hace el 85% de nuestros miembros. Los
empleados a la sombra muchas veces son incorporados a otros estados,
por lo que se evitan sus propias responsabilidades de impuestos para
la gente de la Ciudad de Nueva York. Un contratista del Departamento
de Educación tiene cuatro empresas, todas con sede en la misma
oficina de Delaware.
Señor alcalde: usted no creó este problema, pero en
este momento tiene la oportunidad histórica de aportar alguna
luz sobre el gobierno a la sombra y ahorrar cientos de millones de
dólares. Si de verdad no quiere despidos, éste es el
momento de tomar en serio nuestras propuestas de ahorro.
Por ejemplo: pida al Departamento de Educación que desaloje
a los consultores que cobran desde $250 hasta el extremo de $5,000
al día por hacer trabajos que nuestros miembros hacen por $200
al día. Dígale al servicio alimenticio escolar que deje
de contratar firmas de entrega que llevan comida congelada en camiones
sin refrigeraciónponiendo en peligro la salud de los
niños de las escuelasmientras que los camiones refrigerados
del servicio público de la ciudad se quedan sin hacer nada.
Deje de pagar empleados externos con poco entrenamiento y altos sueldos
que han fracasado con las asistencias del alumnado como lo demuestra
el alza del índice de deserciones estudiantilesmientras
que los miembros sindicales hacen este trabajo con más eficacia
a un menor costo.
En suma, declare una moratoria de las suspensiones y trabaje con nosotros
para identificar y recortar el derroche. No puede usted con plena
conciencia despidir a los empleados públicos que trabajan duramente
y han estado haciendo un dedicado trabajo para la ciudad, mientras
los verdaderos ahorros estén al alcance.