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Febrero 2005
 
     
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La Voz Latinoamericana de PEP
Febrero 2005

Hora de luchar por nuestros valores morales

Por LILLIAN ROBERTS

EN NUESTRO ESFUERZO POR derrotar al presidente más adverso a los trabajadores, a las minorías y a las mujeres que jamás hayamos tenido, los miembros del DC 37 y del movimiento laboral crearon la movilización más grande que haya habido en la historia de Estados Unidos para empadronar a los ciudadanos. Más de 27 millones de votantes de familias sindicalistas representaron la cuarta parte del electorado y votaron en un 65 porciento por John Kerry. El movimiento laboral logró una gran diferencia. Mientras que, por ejemplo, los propietarios de armas se pronunciaron enormemente por Bush, los propietarios de armas miembros de sindicatos le dieron a Kerry un margen de 12 por ciento. Lo mismo fue cierto para casi todos los grupos demográficos.

Unidad sobresale
Tengo muchísimas esperanzas en las luchas por venir, pues hicimos una campaña con una tremenda unidad dentro del movimiento laboral y de las fuerzas progresistas de nuestra nación.

En Nueva York, el 98 por ciento de los candidatos a los que respaldamos ganó la elección: incluyendo a nuestra propia Diane Savino, quien pasó de una oficina local sindical al Senado Estatal. Nuestros activistas hicieron una eficaz campaña por dirigentes políticos comprometidos con las necesidades de las familias asalar-iadas: una buena señal para la contienda por la alcaldía este año y para la elección de gobernador en 2006.

Aunque los votantes estadounidenses no destituyen presidentes en tiempos de guerra, le dieron a Bush el más estrecho margen de victoria que haya tenido un presidente en funciones desde 1916. Más de 55 millones de estadounidenses estuvieron del lado de John Kerry y de los Demócratas.

Hemos tenido muchas victorias, pero perdimos la grande. Perdimos ante un presidente que manipuló el miedo a los ataques terroristas y que utilizó problemas de discrepancias culturales como el matrimonio homosexual para distraer a la gente de un pago, de prestaciones y de oportunidades de empleo cada vez menores. Bush ganó por 3.5 millones de votos mientras los republicanos expandieron su control sobre el Senado y la Cámara de Representantes.

Hemos sufrido una grave derrota, pero no estamos vencidos. Después de una derrota, tienes que encontrar tu fuerza interior. Yo ya terminé de llorar. Es hora de responder, más duramente y con más inteligencia que nunca.

Eso significa que no podemos dejar a manos de los Republicanos la necesidad de la gente de que la política tenga un significado más profundo. Los valores importan, para mí y para millones de estadounidenses, así que ampliemos el debate sobre los valores morales más allá de lo que la gente hace en la cama.

Seguro social en peligro
La atención médica para todos es un asunto moral (y está claro que Bush no es ningún buen samaritano). Sacrificar la seguridad de la jubilación que da el seguro social por el dios falso de la privatización sería inmoral. Crear desempleo, quitarles a los trabajadores y a los pobres para darles a los ricos, y emprender una guerra basada en mentiras, son violaciones a la ética judeocristiana, y esto necesitamos decirlo.

Hay que insistir en que los Demócratas a los que nosotros pusimos en el Congreso le ofrecen al pueblo estadounidense una alternativa clara, que sostienen sus principios y que no ceden ni una pulgada respecto a los injustos planes tributarios de Bush o la privatización del Seguro Social.

Supresión del voto

Empañar las diferencias con com-promisos ataría nuestras manos en las futuras elecciones. En los mapas de votaciones, las zonas Republicanas están pintadas de rojo. Tenemos que insistir en que los demócratas defiendan un verdadero color azul y no un rosa pálido.

El derecho a votar es un asunto moral en el corazón de nuestra democracia. Pero cuando yo traté de votar, tres máquinas estaban fuera de servicio en la mañana y todavía no las habían compuesto en la noche. Usé un papel, una boleta “provisional”, pero no sé si fue contada.

Asimismo, los neoyorquinos reportaron que hubo máquinas sin una línea Demócrata, así como acoso al votante por parte de oficiales mal entrenados, intimidación por parte de empleados de campaña y líneas de votantes desalen-tadoramente largas. A escala nacional, el panorama fue peor. Las tácticas de supresión del voto se enfocaron en votantes urbanos, especialmente afroamericanos, y los problemas con las computadoras levantaron sospechas respecto a otra elección robada.

Al tiempo que luchamos a nivel nacional para que cada voto sea contado, me propongo lanzar un movimiento por un cambio electoral aquí mismo, en la ciudad y en el estado de Nueva York: una coalición de grupos laborales, de derechos civiles, comunitarios y religiosos, para sustituir nuestro anticuado sistema con un equipo moderno, con información de registro computarizada, con un personal capacitado y con una administración profesional de la elección.

¿Podemos recuperar a los Estados Unidos?

El Dr. Martin Luther King nos mostró el camino mientras presionaba a los Estados Unidos a vivir a la altura de sus valores de igualdad de oportunidades y haciendo hincapié en la justicia económica para todos. Podemos crear un movimiento poderoso para el cambio demostrando que nuestros problemas —los empleos, el pago justo, la atención médica para todos, una jubilación segura, buenas escuelas y un medio ambiental saludable — se basan en los valores fundamentales de nuestro país.

Si levantamos las pancartas morales de empleos y justicia, paz e igualdad, la política de la esperanza puede vencer a la política del miedo.

Espero que el año nuevo traiga paz y felicidad a toda nuestra familia sindical. Creo que debemos hacer que nuestros valores funcionen en la vida diaria igual que en la acción política. El año nuevo es un tiempo para reflexionar y resolver. Por favor deténganse y pídanse a sí mismos, así como lo he hecho yo, individual y directamente, ayudar a un prójimo.

Así sea con una contribución para un necesitado o con una visita a un enfermo: con una obra especial a cada paso podemos hacer de nuestro mundo un lugar mejor.

 

 

 

 
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