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Mayo 2010
 
   
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La Voz Latinoamericana de PEP
Mayo 2010

Poder de la persistencia: se gana en atención médica y contratos privados

Por LILLIAN ROBERTS,
Directora Ejecutiva de DC 37
AFSCME, AFL-CIO


El presidente Barack Obama y los Demócratas en el Congreso hicieron historia con una arrasadora reforma al sistema de atención médica de la nación: el mayor avance nuestro en justicia social en la mitad de un siglo. Estoy orgullosa de que nosotros, en el Consejo Distrital 37, hayamos sido parte de un cambio de tanto impulso e influencia como lo son Seguro Social, Medicare y la Ley de Derechos Civiles.

Esta legislación monumental proporcionará cobertura a 32 millones de personas que han sido privadas de satisfacer su necesidad más básica bajo el actual sistema. La nueva ley hace lo siguiente:

  • Recorta el monto anual de $1,000 “impuestos escondidos” que los miembros sindicales con seguro pagan para dar tratamiento a los no asegurados.
  • Cierra gradualmente el “hoyo de la donut” en la cobertura de medicinas de Medicare, empezando con una rebaja de $250.00 en 2010 y un descuento del 50% en 2011.
  • A los adultos con condiciones existentes le da acceso inmediato a un seguro barato en 2014, prohibiendo cualquier discriminación basada en condiciones preexistentes.
  • Extiende la cobertura a las personas dependientes hasta los 26 años; prohíbe a las compañías aseguradoras expulsar a la gente cuando se enferma, y restringe los límites de planes de cobertura de por vida y anual.
  • Reduce las amenazas de subcontratación externa penalizando a los grandes empleadores que no ofrecen cobertura médica.

Un día orgulloso

Me emociona que, después de una batalla tan larga como dura, hayamos dado este paso gigantesco. Somos una nación fuerte y rica, y ya es hora de usar nuestros recursos para que toda nuestra gente pueda estar sana. Pero sentía desmayar ante el vociferante miedo de manipulación belicosa que los Republicanos usaron para luchar contra la reforma, tal como las mentiras que hablaban de que los “páneles de la muerte” desconectarían el cuerpo de la abuela y que convocaban a una “táctica totalitaria” con el voto de la mayoría en el Senado.

Cuando los legisladores aprobaron la ley, vimos una increíble amargura que me hizo recordar los años 50, cuando la Suprema Corte puso fin a la segregación racial en las escuelas y algunos se pararon en la puerta de salida para bloquear la equidad. Un columnista de derecha calificó la reforma sanitaria como una “acción de pluralidad afirmativa en esteroides”. Miembros de una mafia de “fiestas de te” gritaron epítetos racistas y les escupieron a los congresistas afroestadounidenses, incluyendo al héroe del movimiento por los derechos civiles John Lewis. Ese día, las sábanas invisibles se hicieron muy visibles.

Pero al final, fue un día de orgullo para los Estados Unidos, a medida que la gente de buena voluntad y decencia superó la parte desagradable. El presidente Obama ganó la más dura prueba a su poder político, y nuestro país dio un paso gigantesco en la marcha por la justicia.

Estoy orgullosa de que nuestra delegación de Nueva York en el Congreso haya defendido las necesidades del pueblo. Estoy particularmente orgullosa de nuestro sindicato, que abiertamente defendió la campaña para elegir a Obama y dio al 100% su respaldo por la reforma a la atención médica, con listas de llamadas telefónicas y manifestaciones en Washington para presionar su aprobación. Y estoy orgullosa de ser parte del movimiento laboral de Estados Unidos, que ayudó a aprobar el Seguro Social, el Seguro de Desempleo, la Compensación por Accidentes Laborales Workers’ Compensation, los planes Medicare y Medicaid. En los años 90, el movimiento laboral salvó al Seguro Social del intento del ex presidente George Bush por desmantelarlo, y ahora hemos desempeñado un papel enorme en el triunfo de la reforma de atención a la salud.

En el largo sendero para aprobar esa ley, el presidente Obama mostró paciencia, tenacidad y firmeza. Revivió la iniciativa de ley cuando parecía muerta, apelando a los mejores ángeles de los legisladores e instando al Congreso a “dejar que brille nuestra luz”. Al final, puso su presidencia en la línea de mejorar las vidas de todos los estadounidenses. Debemos estar orgullosos de que nosotros ayudamos a ganar la lucha por hacer de la atención médica un derecho y no un privilegio.

La persistencia que llevó al presidente Obama a la victoria es un modelo sobre-saliente para nuestra campaña por recortar la subcontratación externa. Necesitamos una legislación que acabe con el derroche que el gobierno de la ciudad hace regalando beneficios a 18,000 consultores privados y contratistas mientras las necesidades humanas claman por acciones. Necesitamos leyes que prohíban los despidos por recorte cuando hay contratistas externos haciendo el mismo trabajo por un costo más alto, y prohibir la contratación externa cuando los empleados públicos están en la lista de futuros despidos.

Ningún gobierno responsible puede actuar de buena conciencia recortando servicios vitales y despidiendo a los dedicados empleados que sí trabajan arduamente, mientras existen verdaderos ahorros al alcance. A nombre del pueblo de la Ciudad de Nueva York, de sus contribuyentes de impuestos, y de nuestros miembros, nunca nos rendiremos hasta ganar nuestra batalla contra el derroche de contrataciones externas.

 

 

 
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