Los miembros del DC 37 jubilados y activos tomaron las
calles el 31 de marzo para presionar a los administradores del dinero
de Wall Street a que se opongan al plan del presidente Bush para privatizar
al seguro social.
Ellos se unieron a miles de activistas sindicales en las manifestaciones
del mediodía por toda la nación, durante una Jornada
de Acción patrocinada por la AFL-CIO en 70 ciudades.
En Nueva York, los protestantes se manifestaron frente al hotel Ritz-Carlton
de Battery Park, donde se le estaba rindiendo un homenaje al director
ejecutivo general de la firma de inversiones, Charles Schwab. En sus
letreros había mensajes como: Hay que arreglar al seguro
social, no privatizarlo, y Schwab: no nos robes nuestro
Seguro Social.
Les estamos exigiendo a los titanes de Wall Street que quiten
sus manos del seguro social, dijo Bruce Raynor, presidente de
UNITE HERE, durante la manifestación. Están tratando
de quitarnos nuestra pensión del seguro social y vamos a luchar,
indicó la jubilada Iona Allen, miembro del DC 37.
Apuntan hacia Wall Street
Muchas de las protestas apuntaban contra las corporaciones Charles
Schwab y el banco Wachovia Corp. por haberse afiliado a la llamada
Alianza para la Seguridad de la Jubilación del Trabajador
(AWRS). Este grupo tiene respaldo empresarial y apoya la privatización.
Queremos que Schwab y Wachovia y Wall Street sepan que no se
van a salir con la suya, manifestó el presidente de la
AFL-CIO, John Sweeney, quien encabezó un contingente de protestantes
desde la sede de la federación nacional laboral, cerca de la
Casa Blanca, a una oficina cercana de Schwab, y después a una
sucursal de Wachovia Corp.
La alianza empresarial AWRS se cuenta entre muchos grupos ligados
a la industria financiera que han prometido gastar 70 millones de
dólares para apoyar el esfuerzo privatizador de Bush, de acuerdo
con la AFL-CIO.
La Sra. Allen consideró que el discurso de Bush sobre la bancarrota
del Seguro Social es un subterfugio para obtener ganancias en Wall
Street al cambiar los fondos de jubilación a cuentas privadas
manejadas por compañías de inversión.
El movimiento laboral representa a millones de trabajadores que, en
conjunto, tienen 400 billones de dólares en pensiones, por
lo que les pide a los administradores del dinero que se mantengan
neutrales en la lucha política por el futuro del Seguro Social.
Bill Patterson, director de la Oficina de Inversiones de la AFL-CIO,
dijo que hay un conflicto de intereses para las firmas de inversiones
si donan dinero a los grupos que están promoviendo la privatización.
A principios de este año, la presión de los sindicatos
obligó a las firmas financieras Waddell & Reed Financial
Inc. y Edwards D. Jones & Co. a retirarse de la alianza. Están
sintiendo la presión, comentó la directora ejecutiva
del DC 37, Lillian Roberts.
El legislador republicano John A. Boehner, quien preside la Comisión
Educativa y Laboral de la Cámara de Representantes, ha presionado
al Depto. del Trabajo para que investigue la campaña sindical.
Alega que es un boicot secundario y que viola las leyes federales
del trabajo que les prohíben a los sindicatos boicotear a las
partes que no están directamente involucradas en disputas laborales.
Un vocero de la AFL-CIO consideró que la demanda de Boehner
es un intento por castigar a los trabajadores y a sus organizaciones
por ejercer los derechos de la Primera Enmienda.