Cerca de 100 mil empleados públicos
regresaron al trabajo en Puerto Rico, el 15 de mayo, luego de que un estancamiento
político por el déficit fiscal de 740 millones de dólares
en la isla condujo a la paralización de la administración pública
durante dos semanas.
El 1 de mayo, mientras el gobierno se quedaba sin
fondos, el gobernador Aníbal Acevedo Vilá cerraba 43 agencias e
imponía un cierre patronal a sus empleados, incluyendo a 26,000 miembros
de la AFSCME, la organización sindical matriz de DC 37. A más de
600,000 estudiantes les cerraron sus escuelas públicas, y el ingreso de
los negocios cayó rápidamente.
Los largos y peleados meses
de la batalla presupuestaria entre el gobernador y la Legislatura dominada por
la oposición se resolvieron finalmente el 10 de mayo, en la víspera
de lo que amenazaba con ser una huelga general en toda la isla. Culminó
en un acuerdo de formar un comité especial de mediación y aceptar
sus propuestas.
Es increíble que hayan permitido que la
situación fuera tan lejos, dijo la directora ejecutiva de DC 37 Lillian
Roberts el 5 de mayo, en una conferencia de prensa convocada por los sindicatos
de la Ciudad de Nueva York en solidaridad con las familias puertorriqueñas,
los estudiantes y los trabajadores con licencia. Estuvo acompañada por
el vicepresidente de la Local 372, Santos Crespo, y por un entusiasta grupo de
activistas.
No hay cabida para políticos facciosos a expensas
de las familias asalariadas. Están jugando con los trabajos de la gente,
con su seguridad y su educación, dijo Roberts.
En asamblea
en Washington, D.C., durante la primera semana de paralización de operaciones,
la Junta Ejecutiva Inter-nacional de la AFSCME condenó a los políticos
isleños por poner por delante la política facciosa antes de
sus respons-abilidades ante los ciudadanos de Puerto Rico.
Su
resolución del 5 de mayo llamaba a los líderes de Puerto Rico a
que aprobaran un préstamo de emergencia para restaurar los servicios vitales
y permitirles a los trabajadores regresar inmediatamente a sus trabajos y aprobar
reformas de impuestos para garantizar el pago del préstamo.
Luego
de una semana de man-ifestaciones conducidas por los gremios sindicales en San
Juan, el gobernador Acevedo y la Legislatura finalmente aceptaron un plan presupuestario
recomendado por el comité especial. El plan pide un préstamo de
emergencia de 740 millones de dólares respaldado por el primer impuesto
sobre ventas de la isla para cubrir el hueco fiscal y pagar a los trabajadores
del gobierno hasta el 30 de junio. Para finales de junio se vencen cerca de 34
contratos colectivos de trabajo. Tenemos que estar vigilantes, dijo
el organizador de la AFSCME José La Luz. Y asegurarnos de que el
1 de julio nuestros miembros tengan estabilidad del empleo.
Alfredo Alvarado