En
un momento en el que una mayoría significativa de estadounidenses dice
que quiere ver un fin a la llegada de bolsas de cadáveres provenientes
de Irak, el candidato presidencial republicano, el senador John McCain, promete
conservar el curso de la impopular guerra del Presidente Bush en el Oriente Medio.
Mientras
que los candidatos demócratas Hillary Clinton y Barack Obama expresan sus
planes de traer las tropas de regreso a casa, McCain se niega a hablar de cualquier
plazo para dejar la guerra que, después de la de Vietnam, es la segunda
guerra más larga en la historia de EE.UU.
McCain ha llegado a tanto
como plantear la posibilidad de una presencia militar por largo plazo en Irak,
en gran medida tal como Estados Unidos conserva bases en Corea del Sur y Japón,
donde durante décadas han estado estacionadas las tropas.
De hecho,
la página electrónica de este candidato sugiere que McCain haría
escalar la guerra.
Ahora es necesario un mayor compromiso militar
si vamos a lograr un éxito a largo plazo en Irak, declara una sección
del sitio electrónico, titulada Estrategia para la victoria en Irak.
Prosigue
la declaración diciendo que se necesitan más tropas para despejar
y detener las fortalezas insurgentes, para dar seguridad para reconstruir a las
instituciones y a las economías sectarias; para refrenar la violencia del
sectarismo en Bagdad y para desarmar a las milicias sunnis y chiítas; para
desmantelar a Al-Qaeda; para entrenar al Ejército Iraquí, y para
incorporar personal estadounidense en la policía iraquí.
Falsa
imagen de fiscal ahorrativo
A lo largo de su carrera en el Senado
federal, McCain se ha retratado a sí mismo como fiscal ahorrativo. Y, al
principio, McCain de hecho se opuso a los recortes de impuestos que hizo Bush.
Pero
hoy, a medida que complace al fiel Partido Republicano, McCain le ha dado la vuelta
al problema de los impuestos y ha señalado su voluntad de gastar lo que
sea que se necesite para ganar la guerra en Irak.
La victoria en Irak es
mucho más importante que el costo de la guerra, dijo Douglas Holz-Eakin,
el director de asesoría económica de McCain. El fundamento
de la influencia internacional de Estados Unidos es su gran y poderosa economía
que puede absorber los escasos costos de recursos para la guerra y liberar a los
Estados Unidos de buscar metas estratégicas y de seguridad, dijo
a principios de este año en un simposio sobre el presupuesto federal.
Luis Miranda, del Comité Nacional Demócrata, describió
a McCain como una de las figuras dirigentes que hacen tiempo tocando los
tambores de guerra y defendiendo al presidente Bush a cada paso del camino.
Y
añadió: Lo último que el pueblo de Estados Unidos quiere
es una administración de Bush por tercera vez, pero eso es exactamente
lo que John McCain ofrece respecto a la guerra en Irak.
GNH