El
presupuesto contractual del Departamento de Educación para el próximo
año fiscal es de 3.3 billones de dólares correspondientes a más
de un tercio de gastos del gobierno de la ciudad para contrataciones externas.
Usted
podría pensar que la agencia responsable de educar a más de 1 millón
de niños estudiantes debería rendir cuentas de su gasto en contratos
externos.
¡Falso!
El Departamento de Educación ha sido
blanco de las críticas debido a lo que el contralor William C. Thompson
Jr. describe como los contratos desenfrenados.
Las críticas
de Thompson y de otros funcionarios municipales son similares a las acusaciones
que la directora ejecutiva de DC 37 hizo en el reciente reporte del análisis
hecho por el sindicato, titulado Desperdicio masivo en tiempos de necesidad.
Este estudio, escrito por el subdirector asistente Henry Garrido, documenta el
vasto desperdicio de gastos de las autoridades municipales en contratos. La presidenta
de DC 37 Verónica Montgomery-Costa, quien también es presidenta
de Empleados de la Junta de Educación, Local 372, señaló
durante una audiencia del Consejo Municipal, celebrada el 1 de abril, que el sistema
escolar podría ahorrar millones de dólares recortando sus contratos
con negocios externos, los cuales derrochan dinero.
No debería
ser nuestra misión hacer más ricas a las corporaciones empresariales
externas, indicó Montgomery-Costa, quien describió el expansivo
fraude y el exceso de costos en el proceso de concurso de contratos con el Departamento
de Educación, además de convocar a que el Comité de Educación
del Consejo Municipal haga una investigación.
El mismo día
que Montgomery-Costa testificó, Thompson publicó su informe sobre
los contratos desenfrenados del Departamento de Educación.
Thompson
indicó que el 20% de los contratos del Departamento a lo largo de los últimos
dos años ocasionaron excesos en costos de un 25% o más. El Departamento
tuvo 127 contratos no sujetos a licitación durante esos dos años.
Se suponía que los contratos debían costar $196 millones, pero el
terminaron marcando $525 millones.
Acusó de que el Departamento
de Educación tiene una opinión enfermiza de que sus contratos
no requieren las mismas protecciones estrictas de otras agencias. Por lo tanto,
el dinero de la gente que paga impuestos sigue siendo defraudado. Esto es inaceptable.
Al
siguiente día, Garrido atacó duramente la contratación externa
en las escuelas en su testimonio ante el Comité de Educación del
Consejo Municipal. En una época en la que decenas de miles de neoyorquinos
están perdiendo sus empleos, el Departamento está contratando
por fuera servicios a un costo más caro de lo que sería si contrataran
a los servidores civiles permanentes, dijo Garrido.
En marzo, el
concejal Bill de Blasio publicó el reporte Demuestre y diga
sobre el derroche en la contratación del Departamento de Educación.
Ahí señaló un defectuoso sistema de computación diseñado
por la IBM para ir registrando el desempeño del estudiante que, con un
costo de $80 millones, provocó enormes retrasos y quedó estando
inaccesible para los padres, los maestros y los administradores. Al
final, dijo, muchas escuelas tuvieron que comprar sus propios sistemas de
bases de datos para garantizar su cumplimiento con el programa Ningún Niño
se Queda Atrás.
Cuando el gobierno estatal abolió la
Junta de Educación, en 2002, y puso al sistema escolar bajo el control
de la alcaldía (un arreglo al que el sindicato se opuso), la legislación
no se ocupó de la supervisión de la contratación externa.
En
consecuencia, los contratos sin licitación en las escuelas se inflaron
de entre $37 millones y $56 millones en 2003, 2004 y 2005, y subieron a $121 millones
en 2006, según la resolución. En los últimos cinco años,
los contratos sin licitación han llegado a un total de $315 millones.