Por LILLIAN ROBERTS,
Directora Ejecutiva de DC 37
AFSCME, AFL-CIO

Los encabezados sobre una recuperación esconden la verdad: sólo a Wall Street le va mejor, en tanto que el trabajador promedio sigue aún en grandes problemas.

Gracias a las recuperaciones financieras pagadas con los impuestos de la gente, las ganancias en la bolsa de valores se elevaron a una cantidad sin precedentes de $61 mil millones el año pasado, pero 15 millones de estadounidenses siguen sin empleo. Nuestro estado tiene un faltante presupuestal de $9.2 mil millones; el gobernador se propone recortar $1.3 mil millones en ayuda a la ciudad, la Corporación Health and Hospitals está buscando recortar 2,400 puestos y el alcalde planea eliminar miles de puestos.

En Albany, DC 37 junto con otros sindicatos luchamos contra el plan de gobernador Paterson de establecer un día a la semana de licencia sin goce de sueldo -equivalente a un recorte del 20% en el pago- para los trabajadores del gobierno estatal, incluyendo a cientos de miembros de DC 37. Y aquí hemos trabajado por convencer al Consejo Municipal de que detenga los devastadores recortes al servicio y los despidos por recorte en el presupuesto del alcalde Bloomberg.

Con nuestro sindicato nacional, la AFSCME, estamos presionando por lograr la asistencia federal que los estados y las ciudades de Estados Unidos requieren para proteger nuestros empleos y seguir proporcionando las necesidades básicas: educación, atención médica, seguridad pública, ayuda a los pobres y mantenimiento de la infraestructura que nos permite trabajar, que nos da agua potable y que controla las enfermedades apartando las aguas negras y la basura.

Pero no nos podemos quedar sentados esperando ayuda. En lugar de concentrarse sólo en los recortes, el gobierno de la ciudad de Nueva York y el del estado deben ayudarse a sí mismos aumentando el ingreso -sin dañar a la población, como con el reciente 13% aumento a cuotas por agua- y recortando el derroche.

Miles de millones de dólares en ingresos están listos para ser disponibles al atraer cerca de $2 mil millones en impuestos y cuotas que no han sido cobrados, recortando temporalmente el reembolso de impuestos por transferencia de la bolsa de valores al 80%, e implementando un impuesto al ingreso millonario para hacer que los adinerados paguen su justa parte.

La principal forma como el gobierno municipal puede equilibrar su presupuesto sin cortar de tajo los servicios o aumentar el desempleo es recortar los $9.5 mil millones del dinero de impuestos que paga la gente y que el alcalde les entrega a sus amigos empresarios privados contratando por fuera un trabajo que los empleados municipales pueden hacer mejor a un costo ampliamente menor.

Servicio civil merece apoyo

A pesar de que los recortes del alcalde se destinan a una amplia variedad de servicios, no les ha pedido a los 18000 contratistas del gobierno municipal que renuncien a un centavo de sus ganancias. Creo que el Consejo Municipal está llegando a entender que poner fuera del límite esta sexta parte del presupuesto castiga a la población y a la fuerza de trabajo, mientras que nutre la codicia del sector privado.

Hemos difundido este mensaje fuerte y claramente en manifestaciones y testimonios ante el Consejo Municipal, y hace poco recibimos el importante apoyo de un muy reputado organismo de investigación financiera, el Instituto de Política Fiscal (FPI, por sus siglas en inglés). En un informe reciente, el FPI indicó que una "aproximación equilibrada" para cerrar el faltante presupuestal del gobierno citadino lograría "ahorros de la contratación en servicios profesionales, administrativos y de mantenimiento que actualmente se contratan por fuera".

La contratación externa derrocha el dinero, envía las ganancias a otros estados y países, reduce nuestra base local de impuestos y desperdicia el mayor recurso humano de la ciudad: la dedicación y la especialización experta de sus empleados del servicio civil. Recuerden: fue una enfermera escolar quien primero vio un patrón en los síntomas de los estudiantes y alertó a los funcionarios de salud pública de la aparición de la influenza porcina.

Aunque bien hicimos en elogiar al capitán Sullenberg por su milagroso aterrizaje del vuelo 1549 en el Hudson el año pasado, debemos recordar que fueron los operadores municipales del 911 quienes enviaron la llamada de ayuda, y que fueron las 35 flotas sindicalizadas de ambulancias las que se apresuraron a la costa a ayudar a los temblorosos pasajeros.

El Consejo Distrital 37 defiende a estos trabajadores, los verdaderos héroes de todos los días de la ciudad. En lugar de hacer contrataciones externas que los desmoralizan y que destruyen al sistema de servicio civil, ellos se merecen el apoyo del gobierno citadino. Juntos, podemos superar las amenazas contra nuestros empleos. Estoy exhortando a todo miembro sindical a estar listo para participar en esta batalla.