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Newsroom La Voz Latinoamericana de PEP Septiembre 2003 La guerra fiscal de Bush aumenta la desigualdad
Por GREGORY N. HEIRES
El grueso del dinero va para
la gente que está hasta la cumbre, indicó el economista
Dean Baker, codirector del Centro de Investigación de Política
Económica. En verdad ellos quieren dar la mayor cantidad
de dinero posible a los ricos.
Según la ley fiscal de Bush, el 1 por ciento de los estadounidenses que están en la cumbre recibirían una reducción de $103,899 de impuestos a lo largo de cuatro años, según el Instituto de Política Fiscal y Económica. Más de la mitad de los recortes de impuestos será para el 5 por ciento de los de mayores ingresos, y dos terceras partes irán para el 10 por ciento de los que más perciben. En 2003, los 50 millones de personas a cargo de su hogar y con menos recursos no recibirán nada, mientras que el promedio del reembolso que darán a la media quinta parte de personas a cargo de su hogar será de $217, de acuerdo con el Centro de Política de Impuestos. El paquete de impuestos le costará al gobierno federal 350 billones de en ingresos perdidos. Pero el CBPP dice que el verdadero costo podría ser tres veces esa cantidad, si el Congreso sigue con su práctica de ampliar las disposiciones a la puesta del sol. El 22 de mayo, el presidente republicano de la Cámara de Represen-tantes, Dennis Hastert, prácticamente reconoció esa posibilidad al decir que la cantidad de 350 [billones] es básicamente para los próximos dos años. Pero también podría terminar en el trillón de dólares, porque se puede ampliar. Por supuesto que nos encantaría verla más grande, pero es un buen comienzo, dijo Grover Norquist, cabeza del grupo por la reforma fiscal Americans for Tax Reform. El objetivo de los reductores derechistas de impuestos no es sólo proporcionar bienestar para los ricos, sino, en última instancia, vaciar al gob-ierno hasta que no le quede otro remedio que destripar o cancelar muchas pres-taciones públicas, incluyendo los planes Medicare y de Seguro Social que los conservadores quieren privatizar parcial-mente. Ahogando al gobierno El Sr. Norquist ha dejado claro su objetivo final: mi meta es recortar al gobierno a la mita en 25 años, y reducirlo hasta que quede de un tamaño que lo podamos echar por la tina. Hace poco, el Sr. Norquist instó al Gobernador George E. Pataki a que bloqueara los aumentos a los impuestos que la Legislatura Estatal finalmente había adoptado para evitar otros 10 mil despidos en la Ciudad de Nueva York y drásticos recortes a nivel estatal en la educación y las escuelas. Si vemos en dos o tres años o más y el déficit sigue siendo de 400 a 500 billones eso va a ser un problema, dijo el Sr. Baker. Frente a una monumental caída de ingresos, el Congreso tendrá que decretar los impopulares aumentos a los impuestos o recortar profundamente el gasto. La propuesta básica de esta admin-istración es que, una vez que se acumule la fortuna financiera, ésta no grave impuestos, dijo el economista James K. Galbraith, director Proyecto de la Desigualdad de la Universidad de Texas. Pero tienes que poder financiar la atención médica, la educación y la protección de la ecología. Eso se vuelve muy difícil cuando estás imponiendo que suban otros tipos de impuestos, como los impuestos a la propiedad y a las ventas. Hay un límite para lo que pueden pagar las clases pobres y medias.
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