Por
ALFREDO ALVARADO
Ante la amenaza del gobernador de Puerto Rico Luis
Fortuño de despedir a 30 mil empleados públicos el 1 de julio, las
organizaciones sindicales del continente y de la isla cerraron filas en una muestra
de solidaridad que evitó los ceses masivos. Muchos de esos trabajadores
son miembros del Consejo 95 de la AFSCME, el sindicato nacional de DC 37.
Esto
es una victoria increíble, dijo Edgar deJesús, director interino
de Organización de DC 37. la AFSCME desempeñó un papel
crucial para los trabajadores y para el pueblo de Puerto Rico, al evitar estas
suspensiones.
Además de los devastadores despidos, el gobernador
Fortuño había planeado suspender los contratos colectivos de trabajo
entre el gobierno y el sindicato de los empleados. En marzo, el gobernador introdujo
la Ley Pública 7, que declaraba un estado de emergencia fiscal en la isla
y que le permitía suspender los contratos durante dos años.
El
gobernador de Puerto Rico debe respetar los contratos de trabajo, manifestó
el concejal municipal John Liu el 17 de junio en una conferencia de prensa en
el Consejo Municipal que se realizó para mostrar apoyo a los trabajadores
puertorriqueños. La Ley Pública Número 7 fomenta la
privatización masiva, forzando a los trabajadores a soportar las penurias.
Esta perspectiva no contribuye a la prosperidad del pueblo a largo plazo.
La
conferencia de prensa reunió a sindicalistas de DC 37, de Obreros Automotrices
Unidos (United Auto Workers), del sindicato 1199 SEIU, y de la Sección
de la Ciudad de Nueva York del Consejo por el Progreso Latinoamericano. El vicepresidente
Braulio Torres vino de Puerto Rico en representación del Consejo 95, que
incluye a miembros que trabajan en escuelas y correccionales de la isla.
Estamos
muy orgullosos de haber recibido el apoyo de tantos hermanos y hermanas aquí
en Nueva York, expresó.
Asimismo, los voceros de la conferencia
de prensa presentaron una resolución ante el Consejo Municipal en apoyo
a los sindicatos del sector público de Puerto Rico.
La directora
ejecutiva de DC 37, Lillian Roberts, expresó su solidaridad con los agremiados
sindicales de la isla. El daño a los trabajadores de Puerto Rico
es un daño a todos los trabajadores, dijo Roberts.