Por
LILLIAN ROBERTS,
Directora Ejecutiva DC 37, AFSCME, AFL-CIO
La votación
sin precedentes de un 98% a favor de nuestro nuevo acuerdo económico explica
por sí misma, fuerte y claramente, que los miembros de DC 37 piensan que
es un gran contrato, considerando los duros tiempos de hoy en día.
Ganamos
este contrato con una dirigencia participando activamente en el proceso de negociaciones;
dirigencia compuesta por sus presidentes locales quienes conformaron el
Comité de Negociaciones de DC 37, así como el experimentado
trabajo de nuestros empleados y el fuerte apoyo de nuestros miembros.
El
enorme sí prueba que este sindicato escucha a sus integrantes.
Ustedes dijeron que necesitaban un contrato que protegiera los seguros, los programas
y las pensiones y que garantice aumentos de pagos decentes, incluso mientras la
economía en torno nuestro se sumerge en las profundidades, y este contrato
hace eso exactamente.
Incluso antes del 8 de diciembre, cuando se hizo
el conteo de votos, yo empecé a presionar al gobierno de la ciudad para
que pagara rápido los aumentos. Como resultado, la mayoría de nuestros
miembros recibirá en febrero de 2009 su primer aumento de un 4% en su pago,
retroactivo a marzo de 2008. El segundo 4%, combinado, queda acreditado para antes
de abril, por lo que los empleados miembros verán sus cheques de pago subir
en un 8.16% tan sólo en unos meses.
Pero no podemos descansar sobre
estas victorias. La dura realidad es que la nación todavía está
hundiéndose en lo que probablemente será la recesión más
severa desde el final de la Segunda Guerra Mundial. A nivel nacional, el año
pasado se han quedado sin empleo 2 millones de estadounidenses, y tan sólo
en noviembre, medio millón. Los efectos de la crisis en Wall Street se
están expandiendo a lo largo de la economía local, y es posible
que, en este 2009, 150 mil neoyorquinos sean añadidos a las listas de los
desempleados.
Por amargas experiencias sabemos que los tiempos difíciles
en el sector privado exprimen al sector público al reducir los ingresos
de los impuestos. Se prevé que habrá cada vez más huecos
en el presupuesto público de la ciudad de Nueva York, y que en el estatal
habrá una inmensa reducción fiscal de $14 billones este año
y el siguiente.
Pero podemos enfrentar estas dificultades con un espíritu
de optimismo, porque, el 20 de enero, Barack Obama tomará posesión
de su cargo como presidente de los Estados Unidos. Ya vimos la importancia de
la actividad política cuando el pueblo asalariado logró la diferencia
en esta arrasadora victoria electoral.
Aunque el movimiento laberal acordó
que el plan de rescate financiero de Bush era necesario, éste principalmente
se enfocaba en salvar a los banqueros y a los corredores de bolsa de las consecuencias
de su propia codicia. El plan de rescate financiero de Obama será para
el pueblo asalariado, tal como prometió en su campaña. Tomará
posesión de su cargo con un plan de recuperación concentrado en
la creación de empleos, la reconstrucción de nuestra infraestructura
y el rescate de los gobiernos municipales y estatales.
Y DC 37 estará
en los centros de trabajo para proteger a nuestros miembros. Estamos instando
al gobierno de la ciudad a que resista la reacción automática de
recortar de un sablazo servicios vitales y los empleos de los trabajadores que
los proporcionan. Es demasiado de lo mismo.
Sindicato
investiga presupuesto
Convocamos insistentemente a las autoridades
de la ciudad a que consideren cambiar la forma como usan las reservas y los aumentos
al ingreso desde una perspectiva más general para hacer las cuentas del
presupuesto, y también, para utilizar los ingresos actuales de manera más
creativa y responsable.
Me voy a reunir con cualquier comisionado que proponga
suspensiones y los voy a presionar para que encuentren modos menos perjudiciales
de reducir sus presupuestos: utilizando un bisturí, en lugar de un hacha.
Hablar
de recortes y suspensiones draconianos es una afrenta al gobierno municipal y
al pueblo asalariado que lo hace funcionar, mientras los contratos externos se
sirven con la cuchara 9 billones de dólares del presupuesto municipal para
sus negocios privados, y crean un gobierno paralelo a la sombra.
Nuestro
sindicato está investigando esto, y estén ustedes seguros de que
no nos detendremos mientras cualquier funcionario público municipal trate
de usar la crisis financiera que está apoderándose de los gobiernos
municipales y estatales para usurpar nuestra condición de servidores civiles
y los importantes empleos que nuestros miembros hacen para conservar la calidad
de vida que hace grande a la ciudad de Nueva York.