Por LILLIAN ROBERTS
Directora Ejecutiva
Cuando aparezca un aviso de despido en su buzón, tal como
han aparecido para varios cientos de nuestros miembros poco antes
de Navidad, poco consuela saber que muchos lo acompañan.
Pero para luchar eficazmente, tenemos que entender que nuestro padecimiento
es parte de una crisis nacional.
Estos despidos están devastando a las familias de los trabajadores
por toda la nación. En diciembre, cayó el hacha sobre
otras 100 mil personas que se ganan el pan con su salario, y las
ejecuciones de hipotecas han estado sacando a las familias de sus
casas a una velocidad sin precedentes.
Los peores déficits presupuestales en 50 años están
forzando a los gobiernos estatales y municipales a suprimir servicios
públicos empezando general-mente por los de atención
médica y educación pública y a subir
los impuestos. La gubernatura de Ohio acaba de despedir a 4,000
empleados públicos y la de Connecticut, a 3,000.
No hay modo de que estos problemas se resuelvan sin una fuerte ayuda
de Washington. El nuevo plan del presidente de los $674 billones
se parece al recorte presupuestal de 2001 que él dijo que
ayudaría a las empresas a aumentar empleos; desde que se
aprobó, otros 1.4 millones de empleos más se han ido
a la ruina. Esto no es más que otro premio para los grandes
negocios y los ricos.
Listos para luchar
No hay nada en él que detenga la enorme ola de despidos,
nada para las ciudades y los estados que están bajo intensa
presión. Y al cancelar los div-idendos de impuestos mercantiles
el plan ampliaría nuestros déficits estatales y municipales
a 625 millones de dolares.
Junto con nuestro sindicato nacional de 1.4 millones de miembrosla
Federación Americana de Empleados Estatales, de Condados
y Municipales (AFSCME), el DC 37 está emprendiendo
una campaña nacional de lucha por un estímulo real.
Hace poco hablé en Albany con los dirigentes de la AFSCME
del Estado de Nueva York sobre un plan para movilizar a nuestros
400 mil miembros aquí para fortalecer nuestra voz en este
debate.
Estados Unidos se está quedando sin empleos.Cualquier verdadero
paquete de estímulos debe incluir un programa de creación
directa de empleos como la Ley de Empleo y Entrenamiento Integral
(CETA) de los años 70.
Aquí, en la Ciudad de Nueva York, el DC 37 está respondiendo
con todas las armas a nuestra disposición. Al presionar por
el servicio civil y los derechos contractuales, salvamos a cerca
de 100 compañeros miembros del sindicato, pero más
de 300 perdieron sus trabajos. En la corte, estamos luchando por
salvar los empleos y proteger al sistema de servicio civil, que
es tradicionalmente la salida hacia la clase media para tantas minorías
e inmigrantes.
Tan sólo un miembro despedido es indignante en una ciudad
que permite 6 billones de dolares para un gobierno a la sombra
de contratistas y consultores que emplean una fuerza laboral
paralela de más de 100 mil servidores que no pertenece
al sistema de servicio civil.
Tan sólo un miembro despedido es una desgracia cuando el
sindicato ya le ha mostrado a la gerencia cómo eliminar el
suficiente desperdicio de contrataciones externas para que no se
necesite recortar empleos. Tan sólo un miembro despedido
es una vergüenza cuando los funcionarios municipales han respondido
levantándose de la mesa de negociaciones ante una contraoferta
sindical para pagar indemni-zaciones.
Aquí estamos hablando de seres humanos y no solamente de
números inanimados en el presupuesto:
Además de los programas nacionales, DC 37 y
sus miembros necesitamos ayuda local para salvar los empleos. El
Alcalde Bloomberg está buscando más detalles sobre
nuestras propuestas para recortar 600 millones de dólares
de gasto innecesario en la contratación externa.
En su informe de gobierno municipal, el alcalde convocó a
una comisión para que revise el sistema de contratación
y compra de la ciudad. Le estoy escribiendo para decirle que el
DC 37, habiendo sido quien expuso tanto derroche en el sistema actual,
debe tener un lugar en ese panel.