Por ALFREDO ALVARADO

Mientras los niños estudiantes se preparaban para su primer día de clases, el Departamento de Educación estaba enviando notificaciones de despido por recorte a unos 700 miembros de DC 37 que trabajan como auxiliares escolares, auxiliares de salud, trabajadores familiares, coordinadores de servicios parentales y comunitarios y de otros empleos que no son de docencia.

En lugar de prepararse para desempeñar sus funciones vitales en el proceso educativo, estos dedicados empleados -representados principalmente por el Sindicato Local 372- han estado movilizándose para preservar sus empleos, que terminarán el 7 de octubre si el Departamento de Educación logra su cometido.

Lucha cuenta con apoyo

DC 37 y el Sindicato Local 372 llevaron la batalla el 7 de septiembre al Departamento de Educacion, con una combativa marcha ante las oficinas centrales de esta dependencia, en la Calle Chambers (apropiadamente localizada en la vieja Tweed Courthouse, un símbolo de corrupción).

La directora ejecutiva de DC 37, Lillian Roberts, llamó "indignante" el hecho de que el Departamento de Educación despida a los trabajadores de bajos salarios, principalmente minorías, "mientras se gasta cerca de 1 mil millones al año en subcontratistas y consultores".

A los enojados sindicalistas se sumaron el abogado público Bill de Blasio, los asambleístas Guillermo Linares y Nick Perry, y los concejales Daniel Dromm, Robert Jackson -presidente del Comité de Educación-; Letitia James, James Sanders Jr, -quien preside el Comité de Servicio Civil y Trabajo-, y Jumaane Williams.

"El Departamento de Educación planea quitar a los trabajadores que proporcionan servicios básicos y cruciales, y que son esenciales para mantener a nuestros niños seguros, concentrados y listos para el salón de clases", indicó Santos Crespo, presidente del Sindicato Local 372, durante la protesta.

La manifestación atrajo el apoyo de otras organizaciones locales de DC 37, al igual que de la Federación Unida de Maestros, del Sindicato Local 100 de Trabajadores de Transporte, del Sindicato Local 1180 de Trabajadores de Comunicaciones; del Sindicato Local 32BJ de Empleados de Servicios, del sindicato de profesores de la Unversidad de la Ciudad, así como de la Coalición por Justicia Educativa y de la Unión de Padres de la Ciudad de Nueva York.

Desde 2007, el gobierno de la ciudad ha recortado el 10% del financiamiento a las escuelas públicas; ha despedido a 500 trabajadores en 2009 y ha barrido con un total de 2200 empleos, incluyendo los de cargadores y manejadores, trabajadores de cafetería y consejeros de abuso de consumo de drogas. Aunque el alcalde Michael Bloomberg dice que quiere ser recordado como "el alcalde de la educación", los despidos del Departamento de Educación en el 2011 serían los más cuantiosos en cualquier agencia desde que él tomó posesión de su cargo.

"Si de verdad le interesan a usted nuestros hijos y su futuro, entonces los fondos deben estar ahí", dijo el director adjunto de DC 37, Henry Garrido, a los manifestantes. Durante la manifestación, Williams se mostró optimista respecto a que el gobierno citadino pueda encontrar fondos antes de iniciar los despidos en octubre. Hay lugares donde podemos conseguir este dinero, dijo.

DC 37 y el columnista Juan González del Daily News han señalado que los recortes parecen golpear más duramente a los distritos más pobres -los que más apoyo de personal necesitan-, y que evitan en grandes medidas acercarse a áreas donde hay más recursos. Los despidos de Bloomberg sólo pueden tener un limitado impacto fiscal, pues van destinados a algunos de los trabajadores de la ciudad de salarios más bajos.

Los recortes impactarían principalmente "a los estudiantes y a las comunidades de color", y "a los trabajadores que predominantemente tienen perfil minoritario", le escribió él al rector de escuelas Dennis Walcott. El resultado, dijo, marginalizaría más a las personas de raza negra e hispanos y aumentaría la distancia de logros entre los ricos y los pobres.