Por LILLIAN ROBERTS
Directora Ejecutiva de DC 37

Nuestro país esta en problemas, con 25 millones de personas sin trabajo o atrapadas en empleos de medio tiempo cuando lo que necesitan es un pago de tiempo completo para sostener a sus familias, o bien -con cuatro trabajadores desempleados por cada vacante- demasiado desalentados para buscar trabajo. Y los bancos siguen quitándoles a las familias de los trabajadores sus casas y sus ahorros.

La desesperanza se está extendiendo, y los republicanos derechistas que se proponen eliminar nuestros planes de Seguro Social, Medicare, Medicaid, y todas nuestras protecciones laborales y ambientales, están tratando de aprovecharse de la miseria con su ridículo argumento de que al desmantelar la red de seguridad social se arreglará la economía y se crearán empleos.

Necesitamos desesperadamente un gran programa de empleos, de asistencia a las hipotecas y de ayuda federal a las ciudades y a los estados, que están barriendo con los empleos cuando recortan los servicios públicos. Sin embargo, para financiar estas necesidades urgentes, lo que tenemos es un injusto sistema de impuestos que favorece a los grandes comercios y a los ricos, por encima de la gente común que trabaja en Estados Unidos, y que priva al gobierno de su ingreso vital.

El multimillonario inversionista Warren Buffett puso el dedo en la llaga de un indignante hecho de la vida en Estados Unidos al señalar que paga sólo el 17% de su ingreso en impuestos, mientras su secretaria y otros trabajadores oficinistas pagan tanto como el doble: entre un 33 y un 41%. Dice que él inmediatamente aumentaría las tasas de impuestos a todos los ingresos que rebasan $1 millón, incluyendo los dividendos de inversión y las ganancias de capital.

Las corporaciones empresariales de los Estados Unidos evaden el pago de miles de millones de impuestos al esconder sus ganancias en paraísos fiscales de bajos impuestos en el extranjero. Según el reportero del programa 60 Minutos de CBS, Lesley Stahl, 30 mil empresas enlistan sus oficinas centrales en el pequeño pueblo de Zug en Suiza, que tiene solamente 26 mil habitantes. Las firmas de los Estados Unidos, frecuentemente teniendo sólo un buzón postal en Zug, pagan impuestos corporativos del 16% alá, en lugar del 35% que pagarían en casa. Esto es "perfectamente legal" según las leyes tributarias norteamericanas, dijo Stahl, pero "no huele bien".

Aquí, en Nueva York, el alcalde Bloomberg y el gobernador Cuomo acordaron inclinar el sistema de impuestos todavía más a favor de los ricos dejando expirar el impuesto a los millonarios al final del año, esto es, eliminando una fuente anual de $5 mil millones de ingresos, mientras recortan la educación y la atención médica, y mientras despiden trabajadores.

Nuestro injusto sistema tributario está ampliando la distancia entre los ricos y los pobres. A menos que lo solucionemos, descenderemos rumbo a un apartheid económico.

recortan la educación y la atención médica, y mientras despiden trabajadores.

Nuestro injusto sistema tributario está ampliando la distancia entre los ricos y los pobres. A menos que lo solucionemos, descenderemos rumbo a un apartheid económico.