Por LILLIAN ROBERTS
Directora Ejecutiva del DC 37,
AFSCME
A escala nacional, los agremiados sindicales y el pueblo asalariado
son el cimiento fundamental de la economía. Aquí, en la Ciudad de
Nueva York, los servicios que brindan nuestros miembros con su duro trabajo hacen
posible que el próspero sector financiero genere billones de dólares
para los grupos financieros y banqueros inversionistas. Pero mientras las ganancias
de los consorcios empresariales van en ascenso, el ingreso real de la mayoría
de los estadounidenses se ha encogido, y la calidad de vida de las familias de
clase asalariada y de la gente pobre está en graves problemas.
Los
precios de los alimentos, de la vivienda, de la gasolina y de la educación
superior están subiendo rápidamente y rebasando nuestros cheques
de pago. El acelerado ascenso de las rentas y de los precios de compra de casas
ha creado una crisis de vivienda para la clase media, mientras que los cierres
de hipotecas emitidos por los depredadores prestamistas están desalojando
a las familias de sus casas.
El alza de las primas y de los deducibles
deja el seguro médico cada vez más fuera del alcance de la gente
asalariada, a cada día. Cerca de 47 millones de estadounidenses de
los cuales dos terceras partes tienen empleo no tienen ahora ningún
seguro médico ni ningún acceso a la atención médica.
La
vida de cerca de 4,000 mujeres y hombres estadounidenses ha sido sacrificada en
una guerra basada en mentiras; en una guerra sin fin que se está comiendo
los recursos que nosotros necesitamos en casa para brindar una mejor educación
y atención médica y para mejorar nuestra resquebrajada economía.
El
pueblo obrero que ha hecho grande a los Estados Unidos está sufriendo,
y los miembros del ConsejoDistrital 37 que mantienen funcionando a nuestra ciudad
no están recibiendo su justa parte de las buenas cosas de la vida.
Es
un panorama deprimente si uno se mira como individuo frente a los vastos problemas
económicos y a nivel nacional. Pero en el Consejo Distrital 37 nosotros
estamos unidos junto con nuestros compañeros en una poderosa organización
sindical.
El objetivo: Proteger nuestro futuro
Justo
ahora estamos preparando la negociación de un acuerdo económico
para 100,000 de nuestros miembros. Buscaré que haya importantes aumentos
salariales para compensar la gran mordida que les están dando a nuestros
cheques de pago los aumentos a los costos y presionaré para que el gobierno
municipal haga pagos más altos a nuestro fondo de seguro de bienestar,
para preservar el valor de nuestros planes de seguro. Mi objetivo es proteger
a nuestros miembros de problemas fiscales a futuro asegurando nuestros logros
con un contrato que cubra por lo menos tres años. Presionaremos duramente,
pues, por primera vez en décadas, parece que tenemos la oportunidad de
terminar la negociación antes de que se venza el contrato actual, y evitarles
así a nuestros miembros el dolor de la espera por aumentos retroactivos.
Estaré
recordándole al alcalde que, con nuestro trabajo, nosotros hemos contribuido
inmensamente a las ganancias de la ciudad. Estaré señalando que
ahora nos merecemos una parte completa de ese progreso. Soy cautelosamente optimista,
porque en el pasado él ha escuchado a la razón. Pero la negociación
contractual nunca es fácil. Aunque no estemos negociando bajo presión,
yo estoy instando a cada dirigente local y a cada agremiado a que esté
alerta. Los llamaré si es necesario entrar en acción para ayudar
a lograr nuestras metas.
Al final de cuentas, sólo mediante la fuerza
y el poder de sus agremiados un sindicato puede lograr progresos, en las negociaciones
y también en política. La desastrosa guerra y el lamentable estado
de nuestra economía nacional es el resultado de haber elegido al presidente
erróneo y, antes de noviembre de 2006, al Congreso erróneo.
Es
claro que, para mejorar la calidad de vida de la mayoría de los estadounidenses,
tenemos que fortalecer a las mayorías del Congreso que están a favor
de los sindicatos y tenemos que recobrar la Casa Blanca.
Para lograr esto,
debemos emprender nuestra mayor guerra política, y debemos movilizar a
un ejército de voluntarios para las elecciones de 2008. Pido insistentemente
a cada uno de nuestros miembros que se afilie a PEOPLE, el comité de acción
política de nuestro sindicato nacional.
Si ya es usted miembro,
ahora es el momento de convertirse en un participante valorado MVP
(Most Valued Participant) subiendo su contribución a $4 por cheque de pago.
Asimismo, estoy pidiendo a los trabajadores miembros a que den de sí
mismos, a que den un poco de su tiempo como voluntarios para hacer un mejor Estados
Unidos para todos. Para ofrecerse como voluntario, llame al Departamento de Acción
Política del DC 37 al 212-815-1550.