Por LILLIAN ROBERTS
Directora Ejecutiva DC 37, AFSCME

Al negarse a dar un simple voto democrático de “sí” o “no” a la Intro. 452, el Ayuntamiento de la Ciudad está bloqueando la puerta a la igualdad de derechos de residencia para las bases de trabajadores municipales. La Intro. 452 implementaría el acuerdo que nosotros negociamos en nuestro contrato actual y daría a nuestros miembros equidad respecto a los otros principales sindicatos de empleados de la Ciudad de Nueva York.

Todo lo que estamos pidiendo es equidad: igualdad de trato en comparación con otros empleados municipales; justicia económica para nuestros miembros en una ciudad que se inclina por los grandes ricos, y la misma libertad de elección que tienen otros empleados municipales.

Queremos a Nueva York. Con base en nuestra experiencia hasta ahora, yo realmente no creo que muchos de nuestros miembros se vayan a mudar a otro lado. Nuestros miembros de muchos de nuestros sindicatos locales están ya exentos de los requisitos de residencia, y las pruebas sólidas demuestran que cerca del 90% de estos trabajadores siguen viviendo dentro de los cinco condados. Creo que la mayoría de los agremiados de los que estamos hablando quieren permanecer cerca de sus trabajos y seguir viviendo en las comunidades con las que están familiarizados.

Pero estoy instando al Ayuntamiento de la Ciudad que sea realista respecto a la discriminación que esta ciudad ha tolerado demasiado tiempo. El pago promedio que reciben los integrantes del DC 37 es de $31,000 al año, y en muchos casos los trabajadores sujetos a las restricciones de residencia son madres solteras que ganan entre $17, 000 y $23,000 al año.

Los maestros de la ciudad, los policías, bomberos y trabajadores de correccionales y de sanidad, que en promedio ganan el triple de lo que se paga a nuestros agremiados, están entre los 240,000 empleados municipales no sujetos al requisito de residencia. Pero a los 45,000 miembros del DC 37 actualmente bajo la restricción de residencia se les priva de la igualdad de derechos. La Intro. 452 corregiría esta injusticia.

La cruda verdad es que cada vez más miembros nuestros, que son la gente que mantiene funcionando a la ciudad de Nueva York, no tiene cómo pagar vivir aquí. No es un secreto que cientos de empleados municipales han estado viviendo en albergues para desamparados, ni que 15, 000 miembros nuestros viven en proyectos de la Dirección de Vivienda. Son demasiados los trabajadores municipales esforzados y leales a los que se les exprime dolorosamente entre su pago modesto y el indignante alto costo de la vida en la ciudad de Nueva York. Veo las altas grúas y las altas viviendas levantándose por todas partes en torno a nuestro recinto sindical —no lejos de decenas de miles de recintos donde están los trabajos municipales—, pero uno no puede comprar ni siquiera un closet en ninguna de estas nuevas torres de apartamentos por menos de un millón de dólares.

Al quitar el control de rentas de apartamentos vacantes, al eliminar la asistencia de la Sección 8, al privatizar las construcciones Mitchell-Lama y al no haber construido en los últimos 30 años viviendas de precios moderados, los gobiernos municipal, estatal y federal,han despojado a la ciudad de NuevaYork de vivienda a precio accesible. Estamos buscando desesperadamente otraopción.

Es tiempo de decisión
El Ayuntamiento de la Ciudad se definirá respecto al movimiento laboral con la decisión que tome sobre la Intro. 452. Consignar a 45,000 trabajadores a una ciudadanía de segunda clase marcará a un Ayuntamiento de políticos sin principios. Darles a nuestros miembros igualdad de oportunidades identificaría a los concejales como líderes progresistas y democráticos a los que les importan las necesidades de las familias asalariadas.

La Intro. 452 ha estado en manos del Ayuntamiento durante un año. Le hemos dicho a la vocera del Ayuntamiento Christine Quinn que ahora es el momento de actuar. Estamos instando a Joseph Addabbo Jr., quien preside el Comité de Servicio Civil y del Trabajo, que intervenga y muestre su capacidad de dirigencia en este asunto crítico para los empleados del servicio municipal.

Ahora les pido a ustedes que hagan que su voz se escuche respecto a este asunto crítico.

Ustedes pueden marcar la diferencia: simplemente llenen el cupón. Envíenlo a: DC 37 Political Action Department, 125 Barclay Street, New York, NY 10007. Yo transmitiré sus mensajes a la vocera Quinn y al Ayuntamiento de la Ciudad. Cuando ellos vean qué es loque sienten los votantes como usted, espero que decidan dar salida a la igualdad de derechos para los empleados de la ciudad.