Por LILLIAN ROBERTS,
Directora Ejecutiva de DC 37


Durante ocho años, el Consejo Distrital 37 ha estado exhibiendo el vasto desperdicio presupuestal de $10 mil millones de dólares del gobierno municipal que se destinan a la contratación externa. Hemos cuestionado las relaciones entre los contratistas y los funcionarios municipales que regalan el dinero público al sector privado, y hemos convocado a que se hagan investigaciones.Hicimos la investigación que documenta este indignante mal manejo de los fondos públicos por un trabajo que nuestros miembros pueden hacer con mayor eficiencia a menos costo y un mayor rendimiento de cuentas público. Publicamos los análisis comparativos, y compartimos nuestros descubrimientos con el Consejo Municipal de la Ciudad, con la Legislatura del estado, e incluso, con el gobierno federal.

La corrupción regresa

A mediados de diciembre, el fiscal federal arrestó a cuatro contratistas corruptos que tenían el proyecto atrasado y sobrepresupuestado CityTime. La acusación fue por robar la asombrosa cantidad de $80 millones. Tomaron millones de dólares en reembolsos ilegales secretos de consultores remunerados excesivamente, y sus parientes limpiaron el proceso con empresas escudo y bancos extranjeros.

Mientras los trabajadores miembros de DC 37 se afligían por los despidos y batallaban para pagar la renta, estos ladrones disfrutaban de la vida en residencias de millones de dólares.

Cuando CityTime subió sus costos a un 1000%, no hubo una sola palabra de protesta del alcalde Bloomberg, quien siguió presupuestando más de nuestros impuestos para el proyecto que originalmente tenía un precio de $63 millones y que creció inflándose a $780 millones. No escuchamos una sola palabra de enojo de parte de las oficinas del gobierno municipal cuando Science Applications International Corp. le pasó a la población una factura al triple del salario que los profesionistas de computadoras sindicalizados cobran por el mismo trabajo. Ahora, en cambio, podemos ver el ataque del gobierno contra los costos de nuestras pensiones como una cobertura para el desafortunado derroche del gasto público de CityTime.

El alcalde finalmente admitió que CityTime es un "desastre". Pero no hizo nada al respecto sino hasta septiembre de 2010, cuando el contralor John Liu lo forzó a cancelar el acuerdo y a darles el trabajo a los empleados municipales a partir del 30 de junio de 2011.

Quiero que nuestros dirigentes políticos, los medios de comunicación y la población entiendan que CityTime no es un caso aislado. Simplemente es un ejemplo terrible de la contratación externa sin regulación que hace el gobierno, lo cual está causando un grave dolor a nuestros miembros y a todos los habitantes de la ciudad.

Esta coladera colosal de nuestras finanzas municipales -casi una sexta parte del ingreso de la ciudad de Nueva York- ocasiona los constantes aumentos a las cuotas y a los impuestos que están avasallando a los neoyorquinos; ocasiona los recortes a los servicios vitales que nos golpean a todos nosotros, y los despidos por recorte de persona que arruinan las vidas y las carreras de los empleados leales y trabajadores del gobierno municipal.

Que revisen los contratos

La subcontratación de fuentes externas es un hoyo gigantesco en la contabilidad del trabajo público, y abre la puerta a esa conducta para cuya destrucción se fue creado el sistema de servicio público. Los consultores y contratistas se evitan el proceso de los exámenes y de las revisiones de antecedentes por el cual pasan los trabajadores de servicio civil. Tammany Hall -el símbolo del siglo pasado de la corrupción y el clientelismo- ha regresado en forma de contratación externa bajo el actual gobierno.

El escándalo de CityTime debería poner bajo alerta urgente al gobierno municipal respecto a toda la contratación externa. Esto es lo que tenemos que hacer:

Revisar el resto de los 18 mi contratos externos del gobierno de Bloomberg para averiguar si hay posible robo y desperdicio.

Congelar todos los despidos y las nuevas subcontrataciones hasta que esta revisión sea completada. ¿Por qué despedir a la gente cuando el alcalde derrocha el dinero que podría haber salvado los empleos y los servicios públicos?

Promulgar nuevas y rígidas reglas de adquisición para evitar los futuros "CityTimes".

Aunque he recibido muchísimos elogios por nuestra persistencia en hacer sonar la alarma sobre los contratistas y los consultores, quiero compartir el crédito con dos destacados servidores públicos y un dirigente sindical. La presidenta de sesiones del Comité de Contratos del Consejo Municipal de la Ciudad, Letitia James, sostuvo audiencias sobre CityTime hace un año y exigió una investigación. El contralor John Liu mostró independencia y fuerza mientras difundía el caso de CityTimes. El asistente del director adjunto Henry Garrido dirige al equipo de analistas comparativos que elabora nuestra investigación sobre CityTime y la contratación externa.

Los miembros de DC 37 deben todos sentir un gran orgullo, pues una vez más nuestra organización sindical ha conducido el camino para todos los empleados municipales, para la población que paga impuestos y para la integridad en el gobierno.