Los votantes están exigiendo cambios profundos 
            luego de luchar por apenas mantenerse durante más de 25 años 
            bajo políticas económicas conservadoras que deprimieron 
            los niveles de vida de las grandes mayorías.
            
            Al tomar posesión de su cargo el 15 de enero, el presidente 
            del Ecuador, Rafael Correa, de 43 años, se convirtió 
            en el más reciente mandatario de la nueva camada de latinoamericanos.
            
            El economista educado en los EE.UU. venció en las elecciones 
            al hombre más rico de la nación, el multimillonario 
            magnate bananero Álvaro Noboa. Correa prometió una revolución 
            ciudadana que atienda las necesidades de las mayorías 
            pobres de la nación, que expulse la corrupción, que 
            renegocie la deuda y que renegocie los contratos petroleros con las 
            compañías extranjeras.
            
            Más de 300 millones de los 520 millones de ciudadanos viven 
            ahora en países cuyos mandatarios electos están adoptando 
            políticas descritas indistintamente como socialdemócratas, 
            populistas, nacionalistas o izquierdistas. Estos países son: 
            Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Nicaragua, Venezuela y 
            Uruguay.
            
            Corregir la profunda pobreza y la desigualdad económica que 
            aflige a sus pueblos es la máxima prioridad para esta nueva 
            ola de dirigentes.
            
            Venezuela surge
            Bajo la presión de los Estados Unidos, los gobiernos adoptaron 
            políticas conservadoras y el crecimiento se derrumbó 
            a un 9% entre 1980 y 2000, y a un 4% entre 2000 y 2005. El neoliberalismo 
            la medicina económica recetada por los bancos, por los 
            prestamistas internacionales y por el gobierno de EE.UU. eliminó 
            millones de empleos de tiempo completo, recortó el ingreso 
            real y aumentó la desigualdad social.
            
            Reelegido el año pasado con el 63% de los votos a favor para 
            su tercer período de gobierno, Hugo Chávez utiliza las 
            riquezas petroleras de la nación para brindar atención 
            médica gratis, mejor educación y subsidios alimentarios 
            para los pobres, en lugar de para ganancias de unos cuantos adinerados. 
            El resultado: en 2006, Venezuela tuvo el mayor crecimiento económico 
            de la región por segundo año consecutivo. 
            
            Chávez ha cultivado mayores lazos con las naciones pobres de 
            Latinoamérica, como Cuba y Bolivia, brindándoles petróleo 
            barato y una fuente alternativa de crédito. La estranguladora 
            deuda ha forzado a muchos a rendirse a las instituciones de préstamo 
            internacionales dándoles el control del diseño de las 
            políticas.
            
            Por su parte, en lo que el periódico Knight Ridder Business 
            News describió como la mayor reestructuración 
            soberana de la deuda en la historia, el presidente argentino 
            Néstor Kirchner repudió la deuda externa de 100 billones 
            de dólares en 2005, obligando a los prestamistas internacionales 
            a absorber pérdidas sin precedentes al aceptar 30 centavos 
            por cada dólar debido por el país.
            
            Los analistas apuntaron que las inclinaciones ideológicas de 
            los líderes progresistas no se ajustan al modelo socialista 
            de la Guerra Fría. Al igual que las socialdemocracias europeas, 
            sus gobiernos por lo general adoptan las políticas del libre 
            mercado, pero proporcionan una sólida red de seguridad. El 
            Brasil de Lula ha decepcionado a muchos entre su Partido de los Trabajadores 
            porque no ha revertido muchas de las austeras políticas económicas 
            de su predecesor.
            
            Fortalecen seguridad
            Entre los mandatarios más pragmáticos está Michelle 
            Bachelet, de Chile, una madre soltera y doctora cuyo padre fue asesinado 
            y ella misma fue encarcelada durante la dictadura derechista y respaldada 
            por los EE.UU. del general Augusto Pinochet. Ella apoya las políticas 
            de libre comercio y ha fortalecido la red de seguridad de Chile. En 
            tanto, mientras que el primer acto de Tabaré Vázquez 
            como presidente de Uruguay fue reestablecer relaciones con Cuba, él 
            comparte las cuidadosas políticas económicas de centroizquierda 
            del Brasil de Lula.
            
            Evo Morales de Bolivia, como Lula, es otro presidente proveniente 
            del pueblo asalariado. Como ex agricultor de hoja de coca y líder 
            sindical, Morales es un indio aymara nacido en una familia pobre, 
            y ha designado a varios indios en puestos de su gabinete presidencial.
            
            Chávez, Morales y Correa se reunieron el 10 de enero a celebrar 
            la toma de posesión del ex guerrillero izquierdista Daniel 
            Ortega, como presidente de Nicaragua. La agenda de Ortega se centró 
            en disminuir el analfabetismo, detener la privatización del 
            agua en Nicaragua, electrificar las zonas pobres del país y 
            ampliar la cooperación económica con otros gobiernos 
            latinoamericanos progresistas.
          
           GNH